Q(f): Había también otra practicante anciana. Ella tenía más de 80 años. Una vez, ella dejó su cuerpo y fue al Cielo. Era tan lindo allí arriba que ella no quería volver a bajar. En ese momento algunos Budas y Bodhisattvas, estaban ahí. Una de las Bodhisattvas le dijo: “Debes volver ahora abajo. La gente de la Tierra está en gran sufrimiento. No es tu hora de vivir aquí.” Al escuchar eso, ella estaba tan frustrada que rompió a llorar. Al ver la belleza del Cielo, era muy duro para ella volver a bajar. Ella dijo: “Yo soy muy vieja, y todavía me pides que vuelva abajo. ¿Qué puedo hacer?” La Bodhisattva le dijo: “Debes volver a bajar. Todavía tienes la misión de salvar a 10 000 personas.”
Maestra: Vaya.
Q(f): Ella estaba tan frustrada que lloró mientras pensaba, “Soy tan vieja. Tengo más de 80 años y no puedo caminar bien. ¿Cómo voy a salvar a otras personas?” Ella seguía llorando de la frustración.
Y luego otra persona cerca dijo, “Si no puedes salvarlos uno por uno, entonces puedes buscar una persona de apellido Wan (significa 10.000) y salvarlo a él”. Oh, escuchando esas palabras, ella miró a esa persona, quien lucía muy benevolente y amorosa. Ella entonces dijo: “Vale, vale. Bajaré a buscar a esa persona de apellido Wan y salvarlo”.
Después de esto ella regresó abajo inmediatamente y realmente encontró una persona de apellido Wan (significa 10 000). Él dirigía un restaurante de carne. Ella lo convirtió y él cerró el restaurante de carne. Entonces la Bodhisattva le notificó que ella moriría el lunes a las 8 de la mañana. Ella reunió a todos sus familiares, incluyendo sus hijas e hijos.
El yerno quien administraba un restaurante de carne fue el último en venir. Entonces encontró a su suegra meditando en la plataforma. Ella estaba meditando con sus piernas cruzadas. El vio a su suegra y vio que en su ojo de sabiduría había una flor de loto brillante y dorada. La flor radiaba olas de luz. (Vaya). Él dijo: “Madre siempre me dice que no administre el restaurante de carne. Sí que existen los Budas y Bodhisattvas. Lo creo ahora. Cerraré el restaurante mañana”. Así que el siguiente día, se cerró otro restaurante de carne. Entonces la anciana practicante murió muy pacíficamente.
Maestra: Vaya.
Q(f): Hay un tercer practicante anciano. Él tiene unos 70 años. Una vez, estando sentado en la cama, su alma viajó al Paraíso de Occidente repentinamente. Él estaba afuera de los “Ocho Méritos de Agua” pero no podía entrar. Él vio que el Paraíso de Occidente era muy bello. Así que le preguntó a la Bodhisattva junto a él, “¿Me puede dejar entrar para echar una mirada?” La Bodhisattva dijo: “No, no puedo.” No eres vegano, así que no puedes entrar.” Él dijo, “¿Vegano? Yo no soy vegano. Es muy difícil ser vegano.” Otra persona junto a él dijo, “Es fácil ser vegano. No es difícil. Hágalo. Es muy fácil ser vegano.”
Él me dijo después que la persona que dijo: “Es fácil ser vegano,” también fue Usted, Maestra. La anciana practicante de 80 años de edad, ella dijo también que la persona que le dijo a ella que buscara a alguien de apellido Wan fue Usted, Maestra. Usted le dijo eso ahí arriba.
Maestra: Está bien. (Ellas eran Sus cuerpos de transformación). De acuerdo. Ahora se dan cuenta por qué estoy tan ocupada. Yo no estoy sólo ocupada aquí. Yo estoy ocupada por todos lados. Es tan cansado. De acuerdo. Muy bien.
Vegano, porque queremos el Cielo.
Todos los discípulos de la Maestra tienen similares, diferentes o más experiencias espirituales internas, y/o bendiciones externas mundanas; estos son solo algunos ejemplos. Normalmente no las contamos a nadie, por consejo de la Maestra.
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